La gran oportunidad de crear una DO de ensueño en el Marco de Jerez 

25 enero 2024

Se respira nerviosismo en el Marco de Jerez entre productores y denominaciones de origen. Es una sensación nueva. Un nervio inquieto, cuál no lo es, pero con matices positivos y esperanzadores, pues lo que tienen entre manos es una vía natural de crecimiento entre los consumidores más jóvenes. Están a las puertas de crear una vía de entrada sostenible y de calidad al apasionante mundo de los vinos tradicionales de Jerez. Ya no se trata de modificar pliegos de condiciones de alguna de sus denominaciones de origen. El tema es de mayor calado. Lo que se pone sobre la mesa, y sobre lo que se está trabajando a día de hoy, es crear una nueva denominación de origen que de seguir su buen ritmo podría ver la luz en Europa el próximo 2025.

La decisión parece tomada, proteger y recoger las elaboraciones de ‘vinos de pasto’, es decir vinos blancos tranquilos, sin encabezar, vinculados estilísticamente al territorio que ocupan las bodegas del Marco. 

Los vinos tranquilos y tipológicos que cada año nacen en esta parte de Cádiz llevan tiempo en boca de todos. Recordamos las primeras elaboraciones que abrieron el camino en un entorno tan clásico como el de Jerez. La Bota de Florpower nº 44 2010 Blanco fue pionero en este aspecto, lo que nos llevó a nominarlo como Vino Revelación 2014 precisamente por la vía de crecimiento que este tipo abría en el Marco. No íbamos mal encaminados.

De Izq. a Dcha. Primitivo Collantes, Alejandro Muchada, Alejandro Narváez, Eduardo Ojeda, Willy Pérez  

Poco a poco llegaron nuevos productores que de forma aislada aportaban su granito de arena a un movimiento que, sin todavía serlo, iba ganando peso. Proyectos como Cota  45, De la Riva, Equipo Navazos, Primitivo Collantes, Forlong, Valdespino, Viña Callejuela, Barbadillo y muchos más a día de hoy han dado pasos en favor de transmitir, al igual que otras grandes regiones del mundo, el gran potencial que tiene esta región basada en variedades ancestrales como la palomino, perruno, moscatel, uva rey, etc.. y sobre todo en su suelo de albariza, el gran olvidado por parte de los almacenistas y productores del vino tradicional jerezano. El proceso de elaboración ha mandado durante el último siglo sobre todas las cosas, especialmente sobre un viñedo antiguamente segmentado por calidades y que poco a poco fue perdiendo su identidad y valor. 

Todos estos “nuevos” trabajos se han etiquetado como VT Cádiz o directamente como Vinos de Mesa, al no poder hacerlo dentro de sus respectivas Denominaciones de Origen. La creación de una nueva D.O. no garantiza que todos ellos acaben por sumarse a esta iniciativa. Muchos de ellos son elaboradores “outsiders” que se identifican como almas libres y que consideran que gozan de más libertad creativa etiquetando como Vinos de la Tierra (IGP) o directamente como vinos de mesa. Sin embargo, si la futura Denominación de Origen se fundamenta bien, y tienen todo el potencial de hacerlo, no les quedará más remedio que estar dentro para que se les considere parte activa de una zona de producción vinculada a la calidad a través de unos suelos y un clima únicos. ¿Quién puede negarse a formar parte de una D.O. idílica?

Vinos de pasto, los estilos

Inicialmente a estos vinos se les ha ido llamando Vinos de Pasto, una mención tradicional de España, pero que muchos productores consideran que posee una connotación negativa, pero cuya vinculación a los vinos del Sur ya es una realidad, por lo que tienen una parte importante del camino ya andado. Son vinos vinculados de alguna forma a los vinos tradicionales, ya sea mediante la vinificación y crianza de los vinos en botas que previamente han contenido alguna tipología de vino de Jerez, o por el uso de alguno de sus procesos creativos (Biológicos u Oxidativos) en algún momento de la elaboración. También hemos podido apreciar la proliferación de vinos que directamente no recurren a ningún proceso tradicional de Jerez en la elaboración del vino.

Se ciñen única y exclusivamente a la elaboración del vino de una forma “convencional” pero, y esto es de suma importancia, dirigen su mirada a que permanezca vivo y bien definido el origen, su mayor o menor proximidad al mar, su carácter atlántico, salino y calizo. Para que este diálogo sea posible es fundamental acotar las uvas a utilizar, comprimir los rendimientos y prohibir el uso de otras levaduras que no sean indígenas o neutras.

Definiendo el Pliego de Condiciones

Hasta la fecha se han hecho grandes progresos. Dentro del comité técnico que se ha formado hay tres personas están teniendo un peso relevante en este proceso creativo: Willy Pérez y Ramiro Ibáñez, como representantes del sentir productor de querer trasladar el suelo de las regiones del Marco a sus vinos  y César Saldaña, gerente y presidente de las DO’s Jerez, Manzanilla de Sanlúcar y Vinagre de Jerez, aglutinador de sensibilidades, capaz de acercar posturas para convencer de que lo que aquí se plantea es una vía de crecimiento para todos los vinos del Marco en general, sean tranquilos o encabezados, sean de pequeño o de gran productor.


Antes de hacer frente a la designación del nombre de esta nueva denominación de origen, sobre la cual no hay acuerdo a la vista, todos los agentes involucrados se están centrando en la elaboración de un Pliego de Condiciones, la parte más compleja de definir, en la que se está buscando un equilibrio que permita acotar los mínimos y máximos que garanticen que los vinos amparados reflejen el origen del Marco. 

Parece claro que más allá del tipo de elaboración hay elementos claves e imprescindibles:

  • Suelos: que los viñedos estén asentados sobre suelos de albariza, esto será un factor limitante e identificativo de su origen.
  • Las uvas tradicionales del Marco, es el primer punto de acuerdo. Uvas como la palomino fino, que en algunos lugares del Marco se sigue llamando Listán, sobre todo en aquellos viñedos donde es una plantación muy antigua,  pedro ximénez, moscatel de Alejandría, beba, perruno o vigiriega, que mantengan coherencia con el pasado y el presente de la zona.
  • Rendimientos más bajos que permitan que la uva llegue con todo su ADN impreso en su aroma y sabor, conscientes de que una planta sobreexplotada, difícilmente podrá trasladar con rectitud los caracteres del viñedo del que proceden. 
  • Los parámetros analíticos imprescindibles para poder ser calificados dentro de la futura DO, como el alcohol mínimo o el máximo de acidez volátil permitida, variables que siempre generan discrepancias entre “jóvenes” y “viejos” elaboradores, pero que serán herramientas de elaboración en cuento entren en vigor.

Existe la intención de crecer a futuro en la diferenciación de la identidad de los pagos y de permitir diferentes niveles de delimitación territorial de origen, siendo la categoría más amplia la de Pueblo y la unidad mínima la de Parcela. Estos trabajos a favor de la diferenciación de pagos ha de ser una parte indispensable en esta nueva  denominación de origen. El mayor estudio y definición de estos Pagos del Marco, desconocidos a día de hoy por el público, generará un incremento en el precio de la uva en función de sus calidades y origen. De momento este año el precio de la uva ya ha experimentado una importante subida, debido a la existencia de los envinados de barricas para la crianza del whisky “Sherry cask” y también porque la producción media no acaba de posicionarse en lo niveles tradicionales como consecuencia de las intensas sequias de los últimos años.

El Marco de Jerez como entidad territorial ya conocida

Respecto al nombre de la futura D.O., todo está en el aire. Algunos nombres ya se han desechado, como el de Vinos de Pasto. Otros se mantienen en la palestra, como un genérico y poco claro Vinos de Albariza, capaz de ser entendido por un consumidor especializado, pero muy alejado del gran público. Existe la opción de llamarlos Vinos del Marco de Jerez, una opción mucho más vinculada a un origen territorial que no deja de ser la cuestión a tratar. Incluir la palabra Jerez sería un punto positivo sobre el que cimentar esta nueva D.O. pues no dejaría lugar a dudas sobre su procedencia. 

De momento cuentan con todas las herramientas para construir una denominación de origen idílica. Los agentes involucrados deberán tener amplitud de miras y entender lo importante que es a día de hoy crear unos cimientos sólidos sobre el que construir la identidad de unos vinos diferentes. Es imprescindible cerrar la puerta a todas aquellas elaboraciones que desacrediten un estilo zonal. Los más importante en estos primeros pasos es definir las herramientas y las reglas de juego. En el futuro serán los elaboradores los que con estas herramientas y con su conocimiento podrán ir creando sus propios espacios de especialización, una especialización que acabará por repercutir en los amantes del vino de calidad. 

¿Se pueden tener mejores perspectivas de futuro a día de hoy?

    Escrito por Javier Luengo, director editorial de Peñín
    Escrito por Carlos González, director de la Guía Peñín